lunes, 16 de mayo de 2022

Viaje a Italia de Primero de Bachillerato

 Lucía Merino Polo (1ºBACH)


    Con las maletas preparadas y los nervios a flor de piel, la noche del 1 de abril, cogimos un minibús, que, por pequeño que fuese, iba lleno de ilusión y ganas de divertirnos. Después de algunas horas interminables en el aeropuerto, por fin sentimos cómo despegaba ese avión al que tanto odiamos cuando, ya viendo Florencia y a punto de aterrizar…, ¡zas!otra vez en el cielo, puesto que nos dicen que aterrizaremos en Bolonia debido a las turbulencias. En ese momento no sabíamos qué hacer,  nos acabábamos de quedar sin ver Pisa, a la que tantas ganas  teníamos de ir. Tras aterrizar, mareos incluidos y la cara verde de Andrea, cogimos un bus que nos llevó a Florencia. 

Dejamos las maletas en el hotel y nos pusimos a patear las calles de la ciudad. Llegamos a la Catedral de Santa María del Fiore, que nos impresionó enormemente por la grandiosa cúpula y sus fachadas de mármol blanco. El Ponte Vecchio, la Galería de los Uffizi, la basílica de Santa María Novella, sus calles y el David del grandísimo Miguel Ángel tampoco nos dejaron indiferentes. 

 


Después de dos días en Florencia, nos dirigimos a Roma, haciendo una parada en Siena, donde vimos la histórica Piazza del Campo y la catedral. 

  Cuando menos nos lo esperábamos, ya estábamos en el hotel de Roma y preparados para maravillarnos con esta indescriptible ciudad. 

 

El Coliseo, los Foros Romanos, la Fontana de Trevi, la Plaza Venecia, el Panteón, el Vaticano, la Plaza de España, la Plaza Navona, calles, basílicas y fuentes nos dejaron deslumbrados. Pensándolo mucho, no podría quedarme con ninguno de los monumentos en concreto: todos me sorprendieron por su belleza y grandeza. Dar la vuelta a la esquina y quedarte con la boca abierta  viendo el Panteón, estar horas enteras mirando hacia el Coliseo y la Fontana, buscando cada rincón de este hermosa ciudad que sabía que me iba a sorprender. Recorrimos los Museos Vaticanos para embobarnos viendo el talento de Miguel Ángel en cada pincelada de la Capilla Sixtina.  

Lo que más ilusión me hacía era ir a San Pablo de Extramuros y a pocas horas de volver a España, allí estábamos, en esa preciosa basílica que puso la guinda final a un increíble viaje. 



  No podemos olvidarnos de los souvenirs, la pasta, la pizza, los helados y, cómo no, el limoncello 

 

Gracias a todos mis compañeros por vivir esta experiencia inolvidable juntos y que volvería a repetir en algún momento sin dudarlo. Eva y Patricia, aunque las noches eran las noches…, gracias a vosotras también porque juntos hemos hecho que este viaje sea inolvidable.

Y ahora sí, ¡QUÉ EMPAPE! 

jueves, 12 de mayo de 2022

San Manuel Bueno, mártir, en el Café Literario de mayo

   

Miguel de Unamuno es uno de los personajes más peculiares y extraordinarios que nos ha legado la España de finales del siglo XIX y principios del XX. Perteneciente a la Generación del 98, que vivió el llamado "Desastre del 98", la pérdida de las últimas colonias de ultramar (Cuba, Puerto Rico y Filipinas), Unamuno, de carácter individualista y heterodoxo, nunca se sintió a gusto en ningún grupo. En 1895 sufrió una grave crisis espiritual que le acompañaría de por vida y que vertebra toda su obra. Cultivó todos los géneros literarios: la poesía, el teatro, la novela y el ensayo. Fue filósofo (probablemente el mayor filósofo español junto a Ortega y Gasset), literato, traductor, político y profesor. Aunque nació en Bilbao y estudió en Madrid, Unamuno pasó la mayor parte de su vida en Salamanca tras conseguir la cátedra de Griego de la Universidad, de la que fue rector durante muchos años. Su personalidad polémica y su incapacidad para no expresar sus opiniones pese a las posibles represalias le granjearon muchas enemistades, como la de Miguel Primo de Rivera, que, durante su mandato, le desterró a Fuerteventura. De Fuerteventura escapó a Francia. Residió una temporada en París, pero posteriormente se trasladó a Hendaya, desde donde podía ver tierra española. 

Unamuno en Fuerteventura
   
   
   Con el advenimiento de la República volvió a España triunfalmente, según algunos con el íntimo deseo de ser nombrado presidente. Con el tiempo, Unamuno se fue desencantando con el nuevo régimen y empezó a criticarlo con acritud. Por eso, fue uno de los pocos intelectuales (sin duda el de mayor prestigio internacional) que apoyó la sublevación que daría origen a la Guerra Civil española. Algunas de las ideas más repetidas por el bando nacional salieron de la pluma de Unamuno, como la frase de que España era la reserva espiritual de Occidente. 

   
   Con el devenir de los acontecimientos, Unamuno fue arrepintiéndose de su adhesión al bando rebelde. Odiaba con todas sus fuerzas a Mola y a Martínez Anido, pero sintió siempre cierta simpatía por el general Franco, al que conoció en los meses en los que el gobierno del bando nacional se encontraba precisamente en Salamanca. Durante los primeros meses de la guerra, Unamuno comprobó de primera mano las atrocidades que las nuevas autoridades estaban perpetrando en su ciudad. Por entonces es cuando aparecen en sus escritos la "guerra incivil" y las luchas de "los hunos contra los hotros", con la intención de denunciar la crueldad de ambos bandos. Estaba al tanto de los "paseos" e intercedió por algunos amigos con poco o ningún éxito. El caso más conocido es el de Atilano Coco, un cura protestante que, pese a los esfuerzos de Unamuno, acabó fusilado sin más motivo que el de su profesión. Es en este contexto en el que suceden los hechos del Paraninfo de la Universidad de Salamanca, durante el Día de la Raza, el 12 de octubre de 1936, y que aparecen en las dos películas que conozco sobre su vida: La isla del viento y la más conocida Mientras dure la guerra, dirigida por Amenábar y protagonizada por Karra Elejalde. De resultas del acto, en el que se enfrenta a los falangistas y a Millán Astray y a sus legionarios con frases lapidarias como la de "Venceréis pero no convenceréis" (o "Vencer no es convencer") y del que sale de la mano de Carmen Polo en medio del tumulto que forman sus palabras, Unamuno es destituido como concejal y como rector, y se le somete a arresto domiciliario hasta su muerte. 


Unamuno a la salida del acto del paraninfo del 12 de octubre de 1936

 

  Los biógrafos se han detenido especialmente en el Unamuno de la Guerra Civil, el que pasa de defender un levantamiento militar a redimirse en el acto del Día de la Raza, nombre que, por cierto, le horrorizaba. En estos últimos meses se ha suscitado una polémica sobre la relevancia de aquel acto, ya que Guillermo Rocafort niega que los hechos tuvieran importancia, teoría que ha sido desmentida rápidamente por el matrimonio Rabaté, los máximos expertos en la biografía del autor vasco. Lo que es cierto es que nadie se molestó en anotar las palabras que se dijeron en aquel momento. Sí se conservan las notas que fue tomando Unamuno a lo largo de las intervenciones de los otros oradores (no estaba previsto que el viejo rector hablara). En 1941, Luis Portillo describió el acto de la manera en que más o menos ha llegado hasta nosotros. Los representantes del bando rebelde silenciaron el enfrentamiento y José María Pemán, que presenció y participó en los hechos, tardó más de 30 años en dar su versión. 

   Tras el 12 de octubre, Unamuno, despojado de sus cargos de concejal y de rector, pasó su vida prácticamente recluido en casa, con algún paseo en el que le acompañaba algún falangista. Estaba precisamente en casa con uno de esos falangistas, cuando Unamuno falleció, el 31 de diciembre de 1936. No había nadie de la familia en la casa. Las primera palabras de Bartolomé Aragón, al que la prensa republicana atribuyó el asesinato de Unamuno, fueron para decirle a la criada que él no lo había matado. Luis García Jambrina y Manuel Menchón intentan dilucidar lo acaecido aquel día en La doble muerte de Unamuno, en el que no descartan la versión del asesinato del escritor.

    

Unamuno en la calle Mayor de Medina de Rioseco

   Hasta su muerte produce controversia. Unamuno fue un escritor tremendamente crítico, que escribía "Contra esto y aquello", título de un artículo suyo, y al que le dolía España, pero sobre todo la muerte, la muerte suya, tener que dejar de ser un día. Su conflicto interior, ese querer existir eternamente con el corazón sabiendo sin embargo que la razón le negaba la existencia de esa inmortalidad, se filtra en todos sus escritos en forma de paradojas y de retruécanos. "El corazón tiene razones que la razón no entiende", decía Unamuno. Su terrible sufrimiento interior, la búsqueda inútil de la inmortalidad y el aprovechamiento de la mentira (Nietzsche) aparecen como temas principales en la que puede considerarse su mejor obra narrativa, al menos la más redonda, de una densidad expresiva y espiritual enorme. San Manuel Bueno, mártir, una novela corta publicada en 1931, en la plenitud del escritor, trata de Manuel Bueno, el cura de Valverde de Lucerna (probablemente, Puebla de Sanabria), sobre el que el obispado ha incoado un expediente de beatificación. Ángela Carballino, que conoce de primera mano su historia, escribe su experiencia, y la de su hermano Lázaro, con el santo.


   Para saber más:

   En este programa de unos 20 minutos, Fernando Savater aborda con su lucidez y amenidad habituales la vida y la obra de Miguel de Unamuno. Imperdible, como dicen ahora.

Cap13 - Miguel de Unam - La Aventura Del Pensamien - YouTube

   Este vídeo, bastante extenso (casi dos horas), es muy interesante. Se trata de una mesa redonda en la que participan, entre otros, Andrés Trapiello, que estudió el episodio del paraninfo en Las armas y las letras, y el matrimonio Rabaté, que presenta un libro sobre esos días.

Miguel de Unamuno en la Guerra Civil: entre historia y mito - YouTube

  Como un milagro ha llegado hasta nuestros días una grabación de la atiplada voz de Unamuno. Lástima que se confunda varias veces. El directo es lo que tiene.

Única grabación de la voz de don Miguel de Unamuno - El poder de la palabra (1931) - YouTube

En 2016, 80 aniversario del acto del paraninfo, la Universidad de Salamanca le encargó a José Luis Gómez, que ya había encarnado a Unamuno en La isla del viento, una representación de las palabras de Unamuno en el Día de la Raza. El resultado se puede ver en el siguiente vídeo.

Venceréis, pero no convenceréis. Paraninfo Universidad de Salamanca - YouTube

Aunque nunca tomó posesión de su plaza, Unamuno fue nombrado miembro de la RAE en 1932. Por eso la Academia le ha dedicado esta página con su biografía

Miguel de Unamuno (electo, 1932) | Académico | Real Academia Española (rae.es)