Con motivo del centenario de la muerte de Emilia Pardo Bazán (1921-2021), que se celebró el año pasado, pero que se ha prorrogado este año por la omnipresente COVID, vamos a leer este mes (el café es el día 20) la novela que se considera su obra maestra: Los pazos de Ulloa, ambientada en la Galicia rural.
Pardo Bazán es una de las mayores representantes del Naturalismo en España. Procedente del Realismo, el Naturalismo iba un paso más allá. Su intención era basarse en datos científicos para demostrar que el comportamiento de los seres humanos está condicionado radicalmente por sus características físicas. Su fundador, Émile Zola, cuyo Germinal leímos hace unos años, sufrió un gran impacto tras la lectura de El origen de las especies, de Darwin. También le influyó mucho el Determinismo de Taine, que venía a decir que los seres humanos estamos constituidos o somos el resultado de nuestra herencia genética y de nuestro entorno social. Por eso, el Naturalismo es un movimiento pesimista, porque no concibe la redención de los pobres y desfavorecidos, aunque denuncie su situación, y por eso a menudo desfilan por sus páginas personajes cuyos actos, muchas veces instintivos, pueden explicarse a través de enfermedades o de problemas e injusticias sociales.
En España apenas hubo novelas estrictamente naturalistas. El propio Zola se extrañaba de que Pardo Bazán cultivara un Naturalismo cristiano y llegó a la conclusión de que se trataba de un Naturalismo puramente literario. No obstante, la autora gallega desempeñó un papel fundamental en la introducción del nuevo movimiento en España con diversos artículos que reunió en La cuestión palpitante.
La vocación literaria de Pardo Bazán se manifestó muy pronto y no tardó en convertirse en una autora de prestigio, alabada por la inmensa mayoría de grandes escritores coetáneos, pese a algunas reticencias, como la de Menéndez Pelayo, por su condición de mujer. No obstante, no encubrió su nombre en sus novelas, como sí habían hecho Cecilia Böhl de Faber en España (Fernán Caballero) o Aurore Dupin en Francia (George Sand). Defendió que la capacidad de la mujer era la misma que la del varón. Puede considerársela una de las pioneras del feminismo de nuestro país.
Vivió a caballo entre Madrid y Galicia, y en Galicia, entre La Coruña y el célebre (por otros motivos) Pazo de Meirás, donde pidió ser enterrada.
Para saber más:
Breve biografía de la autora del Centro Virtual Cervantes
En el siguiente enlace, Juan Antonio Cebrián habla en La rosa de los vientos de la vida de Pardo Bazán.
El clásico programa de Imprescindibles.
Y, por último, un artículo de José Carlos Mainer sobre las relaciones (literarias) entre Emilia Pardo Bazán y los demás escritores de su tiempo. Un voto para Pardo Bazán | Babelia | EL PAÍS (elpais.com)
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