Texto: Carmen Xuan Pérez (2ºBACH) Fotos: Fernando Bahíllo (Dpto. de Matemáticas)
Todo comenzó en una clase de Matemáticas, cuando nuestro profesor y nuestra tutora nos comentaron que habían estado hablando y habían pensado en hacer un viaje de fin de curso a Roma, ese que no habíamos tenido por culpa de la pandemia el año pasado. Os podéis imaginar nuestras caras de asombro y de incredulidad mientras teníamos encima de la mesa el ejercicio de optimización que nos había mandado hacer Fernando (no lo entenderéis hasta que lleguéis a Segundo de Bachillerato).
El tiempo que tuvo que pasar hasta que llegara el 1 de diciembre se hizo eterno, por no hablar de la pequeña batalla que tuvimos que lidiar (yo lo llamo exámenes finales).
Llegó el día esperado y casi no vamos a Roma por nuestro querido amigo el COVID, pero por suerte nos libramos. Llegamos a las nueve y media de la mañana a nuestro destino.
San Pablo Extramuros |
Seguíamos andando. Recorrimos muchos kilómetros que nos llenaban de alegría por todo lo que estábamos conociendo, y casi sin darnos cuenta pasaron los cinco días.
Las basílicas, museos, la capilla Sixtina, la galería Borghese y todas y cada una de las iglesias más grandes y pequeñas... El arte que rebosaba en ellas era increíble, tanto de las obras como de las esculturas. El problema era que no daba tiempo a apreciarlo todo al detalle.
Además, nos llevaron al Coliseo y los Foros Imperiales. Por desgracia también llovía y, como eran lugares al descubierto, tuvimos que volver al hotel mojados.
De todos los lugares turísticos que pudimos ver, el que más me gustó sin duda fue visitar la Basílica de San Pablo Extramuros, ya que tuvimos la oportunidad de hacerlo mientras estaban en misa unos monjes.
Paisaje de metro con simetría de señoras |
Después de cinco días de madrugones, lugares, pizza, viajes en metro y quedadas nocturnas en las habitaciones, tocaba volver. Ninguno de nosotros quería irse, pero sabíamos que en algún momento de nuestra vida íbamos a volver fuese como fuese.
Este viaje nos ha unido aún más y nos ha ayudado a ver que hay más mundo fuera de nuestros pequeños pueblos de Palencia y Valladolid. Por mí, volvería a repetir la experiencia y si fuesen algunos días más no me importaría.
Ante Il Gesù |
La fuente más hermosa del mundo |
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