Nos volvemos a reunir para comentar la
lectura designada, como es costumbre, anotamos las reflexiones que nos manda
Pablo para el inicio de la lectura:
“Volvemos
a la carga el 21 de marzo con Los
peces de la amargura. Fernando Aramburu es un autor que se ha
consagrado el año pasado con un fenómeno editorial que se ve muy
pocas veces: una obra que consigue la unanimidad del público y de la
crítica (a excepción de grandes sectores del nacionalismo vasco y catalán, que
la consideran un instrumento del estado para ganar la batalla
propagandística). Patria es
una obra necesaria desde su tema: el terrorismo, un problema de gran
repercusión social que, sin embargo, no había recibido demasiada atención
desde el mundo literario, en especial desde la perspectiva de las víctimas (Días contados, de Juan Madrid, luego
llevada al cine, contaba la vida cotidiana de un comando terrorista).
Comenta el propio Aramburu que el hecho de vivir en Alemania
le ha otorgado más libertad a la hora de tratar el tema de ETA. Y eso lo
había hecho ya en 2006, en uno de los primeros libros de cuentos sobre el
terrorismo. Tras la publicación de Patria se
nos presenta como una especie de esbozo preparatorio para su gran obra.
Desde su publicación, Los peces
de la amargura llamó la atención de la crítica y ganó el
Premio de la RAE. Arturo Pérez Reverte elogió la colección de relatos en
este artículo del año 2008,
cuando Aramburu era poco conocido en el panorama literario español. Los relatos
son muy diversos, pero en todos destacan los dos rasgos que me parecen más
apreciables de Aramburu: la hondura psicológica de los personajes, cómo es
capaz de transmitirnos sus más íntimas emociones, y una enorme preocupación por
el lenguaje y por el aspecto formal.
La web está llena de entrevistas, comentarios, reseñas...
sobre Aramburu, aunque se centran sobre todo en Patria, como es lógico.”
Primero tomamos café y, mientras,
comentamos la reciente visita de la escritora Espido Freire. Esta agradó a
todos, se destacó su simpatía a la hora de saludar y dirigirse todos y, en
especial, a nuestras contertulias que también asistieron junto con nuestros
alumnos, a conocer a la autora y que hizo muchas reflexiones y anotaciones
sobre su obra y nuestra anterior lectura, La flor del norte.
A continuación, y como viene
siendo costumbre, Josefina nos refiere las características técnicas de la obra,
un conjunto de relatos escalofriantes de la situación del País Vasco y de los
asesinatos de ETA.
En general llama la atención como
asumimos el hecho de que si algo no nos gusta o asusta, con no hablar de ello,
parece que no existe, y esa es una postura que ha sido general en la actuación
de familiares o conocidos que casi todos teníamos en el País Vasco. Choca como
se asume en un juego de niños que quieren imitar a los mayores y juegan a ser
terroristas. También se destacan hechos cómicos que relajan la angustia de la
lectura. Conmovedoras las aportaciones de una integrante que vivió la situación
de manera directa, pues su marido estuvo destinado unos años en esa comunidad.
Se nos acaba la hora y la próxima
novela es Misericordia de Benito Pérez Galdós.
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