El 16 de marzo los alumnos
Nerea, Fatima, Daniel, Marta, Laura, Nahia, Francisco, y Nicolás de 2º ESO, que previamente habían sido
seleccionados en sus respectivas aulas en la composición de relatos cortos,
fueron a Valladolid a la siguiente prueba del concurso de relatos cortos de
Coca-Cola, esta fue su impresión:
“A las nueve salimos del instituto, durante el trayecto del autobús
estábamos un poco nerviosos y contentos por tener la excusa de no ir a las
clases como siempre, paramos en Medina de Rioseco, donde se subieron unos
alumnos algo extraños y no hablamos con ellos, su profesora nos preguntó de
dónde éramos y que cuantos años teníamos y que por qué no nos hacíamos amigos.
Ellos gritaban muchísimo.
Luego paramos en Cigales donde se subieron unas chicas que decían
conocernos e intentaron ligar con Daniel, sobre todo, una tal Miriam. Luego se
giraron hacia Fátima y empezaron a decir que la conocían de baloncesto. Una de
ellas aseguró que de pequeñas jugaban en la piscina, lo cual fue algo extraño,
la verdad.
Cuando llegamos a Valladolid, paramos en un hotel que se llama Las
Lomas, bajamos del autobús y nos metieron en una sala muy grande y con mucha
gente, la competencia. En las sillas había unos papeles, un boli reciclable,
que por cierto se salía cada poco y una brújula que tenía una frase que era la
que teníamos que incluir en el texto. Estuvimos sufriendo, escribiendo y
cuidando que unos chavales no nos copiasen una hora y media y además hacia
muchísimo calor. Vinieron las cámaras de la televisión de Castilla y León y,
cuando terminamos y salimos, nos dieron una mochila de Halloween de la marca
Fanta que incluía un bocadillo, unos de jamón de york y otros de chorizo, una
botella de CocaCola y una camiseta.
Cuando salimos casi no podíamos bajar por las escaleras porque estaba
lleno de otros compañeros que también habían terminado pero al final pudimos
bajar, nosotros queríamos ir a un Burger King que estaba al lado de donde nos
habíamos bajado del autobús, pero la profesora Paz, no nos dejó. Cuando
regresamos al autobús, las chicas de Cigales nos querían quitar el sitio, pero,
por suerte, las mandaron a otro autobús, ¡qué bendición! De regreso, los
compañeros de Medina no querían bajarse del autobús porque tenían examen de
Mates y no lo habían estudiado, nos reímos un poco pero nosotros también
llegamos a la última hora de clase.
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