“Sin ningún género de dudas, el autor que recoge la herencia de
Cervantes es Benito Pérez Galdós. Los más de doscientos años que median entre
ambos no ofrecieron en España grandes obras narrativas: algunas novelas
picarescas, el Fray Gerundio de
Campazas, una parodia de los predicadores del siglo XVIII (hoy
prácticamente infumable) y la novela romántica. Galdós modernizó el género
enormemente influido por sus contemporáneos, pero también por Cervantes. Su
obra se encuadra en el realismo, un movimiento que se inició en Francia a
principios del siglo XIX con Stendhal y Balzac, y que alcanzó su periodo de
esplendor en la segunda mitad de siglo. La obra fundacional del realismo
español es La fontana de oro,
de Galdós, novela que inicia un camino que le lleva a componer una obra ingente
basada en su enorme capacidad para la narrativa.
En persona era un hombre más bien callado e introvertido. En las
tertulias en las que participaba se dedicaba sobre todo a observar y a escuchar
conversaciones que se convertían en material para sus tramas. Sin contar con
los Episodios Nacionales,
un conjunto de novelas que narran sucesos determinantes de la historia de
España desde la batalla de Trafalgar hasta la Restauración, su producción se
divide en novelas de la primera época, novelas contemporáneas y novelas
espiritualistas. Aunque Galdós incluyó Misericordia entre sus novelas contemporáneas, la historia
de la literatura la ha colocado entre las novelas espiritualistas. El foco
narrativo se traslada desde el mundo burgués al mundo de los marginados, los
excluidos, los pobres y los mendigos que se ganan la vida por las calles de
Madrid.
Guardo un gran recuerdo de Misericordia (la
leí en mis tiempos de instituto -de alumno, claro-) y tenía muchas ganas de
releerla. Por eso me sentí identificado con Muñoz Molina en "Admirando a
Galdós", artículo en el que dice haber redescubierto a Galdós a través
precisamente de Misericordia.
Además he puesto un artículo de Andrés Amorós sobre el Galdós
"historiador", que en cierta medida crea la imagen de la España del
siglo XIX para la posteridad; un enlace al portal de la Biblioteca Virtual
Cervantes con muchísima información sobre el novelista; por último, un
cotilleo, que no todo va a ser literatura: un artículo sobre la relación
amorosa entre Galdós y Emilia Pardo Bazán”.
Nos reunimos el 25 de abril
y mientras tomábamos café, comentamos la Feria del libro celebrada en el IES
Jorge Guillén, que un año más entusiasmó a los alumnos y demás miembros de la
comunidad educativa.
La obra Misericordia ha
gustado mucho, la forma, el fondo, la manera de escribir, todo. Ha sido agradable
recordar viejas películas que recreaban algunas novelas de Galdós y que en
mayor medida habíamos visto todos, algunas de ellas, incluso en televisiones en
blanco y negro. Rememoramos también la efeméride del día del libro en Madrid y
que se celebró haciendo un recorrido por el Madrid de Galdós que ha dejado una
estampa en sus novelas que aun hoy se puede llegar a cabo por algunas de las
calles donde transitaron sus personajes hicieron su ficción.
Se recuerdan con nostalgia
giros lingüísticos muy populares que también se ha usado por aquí y que de más
pequeñas se oían como “haiga caridad”,
“me paice”, “las que semos de verdad de solemnidad”, “tien o no tien dinero”.
Se destaca también como a la
par que la tristeza y la miseria física y moral que se destila en la obra,
supone que los momentos de humor se disfrutan quizá con más intensidad.
En general pareció una buena
elección, sobre todo, por la satisfacción que ha producido leer a don Benito
Pérez Galdós.
Para terminar, se eligieron
dos novelas, pues el tiempo se acorta y así poder organizar mejor las dos
jornadas de lectura que nos restan para finalizar el curso:
Entre visillos de Carmen Martín Gaite.
Expiación de
IAN MCEWAN
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